Fotografías y textos por: Cynthia Benítez y Natalia Castrejón.
Que pertenece a los informes y estudios posteriores a la muerte de una persona o se relaciona con ellos.
Fuente: Diccionario del Español de México.
Fotografía: Roma Norte y Merced Gómez, CDMX.
Caín
No se sabía en qué momento habían llegado, sólo hubo algunas pistas de su existencia: pintas en las paredes, calles desiertas por la madrugada y ruidos de motocicletas a las tres de la mañana.
El semblante de las personas se amargó y los videojuegos sustituyeron a las pelotas: “más vale adentro que afuera”, repetían madres y padres a sus hijos. La estancia de Los Hijos de Caín en la ciudad apagó la esperanza y la buena voluntad de las personas; los ateos sintieron ganas de rezar.
Errantes como eran, los espectros terminaron por apoderarse con descaro del tiempo: día y noche deambulaban sin descanso.
“Van para la 42, NO VAYAN A SALIR!!!”,
se leía en los grupos familiares de WhatsApp.
De a poco la gente empezó a desaparecer y las listas de difuntos no tardaron en ser leídas con desdén en las noticias. La mayoría de los informes necrológicos reveló que la gente moría por un infarto agudo de miocardio.
Los citadinos aterrorizados especularon: las caras deformes y los cuernos de chivo de Los Hijos de Caín provocaban sustos mortales.
En una funeraria se lee
“No hay servicio.
No quedan ataúdes”.